Encallan mis sueños en tu pelo todas las noches y yo feliz
los abandono para deslizarme hasta tu oreja y cantarte mi devoción,
luego me dejo rodar por tu cuello sintiendo tu sangre tibia, tu
respirar y tus latidos. Te contemplo un rato, te doy un beso en la
nuca y despierto a mi vida con ansias de volverme a dormir.
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