Depongo mis armas y que cesen las escaramuzas
Hondeo la bandera blanca,
El otrora guerrero hoy prisionero.
No me quedo más remedio que capitular
Contra las tuyas armas no tengo con que luchar
Ni valdría la pena morir en fútil resistencia.
Ahora condúceme a tu calabozo
No ofreceré resistencia
¿acaso me torturarás?
harás que grite a viva voz
Que cambio mi credo por el de vos.
Mis uñas y dientes quiero conservar
Deja las herramientas, voy a confesar
Ya podría ser tu prisionero a cielo abierto
Te podría esperar sentado a las puertas de El Dorado
Incluso te guardaría las llaves de estas cadenas
Si
me las confiaras
Esta que levo es una prisión es de otra esencia
Va rayando en síndrome de Estocolmo
Encuentro cercano de cuarto tipo
Mas allá de la moral y la ciencia
Depuse mis armas y hondeé bandera blanca
menos mal no la deje en el campo y me vine con ella
así en esta cárcel al descampado sin paredes ni rejas
podemos hacer conjuras bajo ella a la luz de las estrellas